miércoles, 10 de febrero de 2016

Proyecto de paso procesional para Ntra. Sra. de la Soledad de San Jerónimo.



El nuevo Paso Procesional de
Nuestra Señora de la Soledad de San Jerónimo.



·         “El triunfo del Renacimiento”
·         “El Clasicismo Culto” en las artes cofrades.
·         “El paso monástico” como Altar Itinerante.



I.- Introducción.
            Un Monasterio para un paso.

II.- Antecedentes estilísticos.
            El único paso clasicista de Granada.

III.- Exégesis del complejo Monástico de San Jerónimo.
El más complejo y culto edificio de la ciudad como fuente de inspiración.

IV.- Descripción del paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Renacimiento romano y recuperación de los modelos granadinos.
                       
La Iluminación.
                        La peana.
                        La canastilla.
                        El respiradero.
                        Los faldones.

V.- Desarrollo iconográfico del Paso.
            468 años de Historia de la Hermandad en unas andas procesionales. 

                        La Coronación de la Virgen y el Ceremonial borgoñés.
                        Ciclo de los Dogmas Marianos.
                        Ciclo de los Arcángeles y Virtudes Teologales.
Ciclo del Crucero o de los Duques.
Ciclo de los lemas y divisas.
                        Ciclo de Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.
                        Ciclo de la Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas.


VI.- Aportaciones de las Andas Procesionales para el lenguaje artístico de la Semana Santa de Granada.
Un paso singular, renovador, único y a la vez de profundo respeto histórico.

VII.- •  Hitos en el diseño del Paso Procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Lo que el nuevo Paso Procesional aporta a Granada y al Mundo Cofrade.

·         Introducción.
Un Monasterio para un paso.


Afrontar un diseño de andas procesionales para la Imagen de la Santísima Virgen de la Soledad requirió desde el momento de inicio de la concepción del mismo un suculento esfuerzo de documentación histórica y un compromiso formal con la propia semblanza y anales de la Hermandad.

El reto desde el primer instante fue configurar unas andas que fueran rupturistas con los modelos procesionales granadinos, capaces de impulsar un concepto original y alejado de los proyectos adocenados que suelen ser el común denominador en estos tipos patrimoniales y rendir un necesario homenaje al patrimonio histórico de la ciudad.

Si bien la fuente de inspiración no fue otra que la tipología arquitectónica y decorativa de la Sede Canónica de la Hermandad, la divisa de este diseño ha de ser entendida como algo más allá de una inspiración, y no se trata de ejecutar un paso procesional basado en el Monasterio de San Jerónimo, sino hacer del Monasterio de San Jerónimo, un inmenso Altar itinerante donde exponer a la devoción pública a la Santísima Virgen.


·         Antecedentes estilísticos.
El único paso clasicista de Granada.


La referencia arquitectónica del Monasterio nos sitúa en un compromiso estético, ya que por primera vez se apuesta por una referencia histórica inédita en el patrimonio cofrade granadino: el periodo constructivo y decorativo que supondrá la consagración en España de la corriente romanista dentro de la arquitectura y artes suntuarias del Renacimiento.

Si bien es cierto que en un primer momento el ineludible peso de la tradición gremial y la experiencia de diseños claramente aquilatados, o sea, de demostrada eficacia, producirán maridaje entre el gótico, el Renacimiento granadino respondió a la clarividencia y magisterio de los destacadísimos autores recién llegados desde Italia, puestos al servicio del clasicismo capaz de otorgarle a este periodo artístico un carácter aristocrático, basado en altas cualidades religiosas, morales y políticas. Este periodo que ha sido referente en el diseño de las andas, ofrece singulares virtualidades llamadas a la constitución de discursos cultos y regios que mediante todo un corpus de recursos alegóricos y simbólicos, configurarán un urbanismo y una construcción edilicia plena de prestigio moral y simbólico.

Aquí reside la necesidad de inspiración en el Monasterio de San Jerónimo y especialmente en el patrimonio litúrgico de su Iglesia; no ya sólo por ser la Sede Canónica de la Hermandad y el espacio cultual donde se venera a la Imagen de la Santísima Virgen, sino por su indiscutible capacidad de subyugación, tanto en la perspectiva de la historia del arte como por los valores que esconde. Todo ello a juicio de la Historia del Arte, convierte al granadino espacio de San Jerónimo, en uno de los más interesante, secretos y legendarios espacios de culto católico en Europa. Así, era la plataforma ideal para que pudiera nacer el paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad.


·         Exégesis del complejo Monástico de San Jerónimo.
El más complejo y culto edificio de la ciudad como fuente de inspiración.


La obra que nos sirve de fuente y modelo ha de interpretarse como el resultado de las operaciones culturales más intensas vividas en Granada y que tienen hitos para la época sin fisuras. Detenidos ante diversos y concretos espacios, el Monasterio nos arroja una sucesión de fuentes creativas entre las que se han utilizado las que siguen:

Los relieves de los casetones de las bóvedas del crucero, inspirados directamente en las obras clásicas de Dante, “Los triunfos” de Petrarca o Bocaccio, siguen dejándonos sin aliento. ¿Quién imagina por un momento que toda la cultura clásica, y por tanto pagana, iba a tener cabida dentro de una Iglesia? Y es ahora cuando el lector tiene que hacer el esfuerzo de trasladarse a la Granada que va de 1520 a 1550, para en medio de un tiempo como aquel, quedar absorto con el siguiente dato: la influencia impresionante que el ciclo decorativo de estas bóvedas recibe directamente del Speculum Humanae Salvationis, nada más y nada menos que la primera obra pre-feminista de la Historia, un intento de equiparar las virtudes y proezas de la mujer y del hombre, o lo que es lo mismo, lo que nuestros ojos contemplan a mirar a las bóvedas jerónimas.

Los sátiros y monstruos de las veneras constituyen un esquema mitológico pagano que sigue resultando difícil de entender en el interior de un templo. Más que una Iglesia, parece que estuviéramos en un palacio destinado a ensalzar al dueño del mismo, a una página de historia como la Cuadra Dorada de la Casa de los Tiros. Incluso cuando Siloe se encarga de la realización de los relieves de los santos protectores, no se olvida de incluir sirenas, grifos y toda suerte de animales fantásticos que parecen las ilustraciones a la “Metamorfosis” de Ovidio más que una cubierta de un espacio sagrado.

Pero lo cierto es que la decoración de San Jerónimo tuvo que ser tan revolucionaria para su época como es de imaginar. Algo tan desconocido como igualar en valores y exaltaciones a hombre y mujer sólo era posible en una Granada que en el siglo XI tuvo a una mujer en el Gobierno regio, desde el siglo XIV admitía mujeres en su Universidad y que se había consagrado por entero a la que no admitía discusión, la gran reina Isabel. Pues bien, ya tenemos puestos los ingredientes para entender qué ocurrirá al punto que en cuando el Arzobispo de Granada, entonces Antonio de Rojas Manrique, conoce el contenido del programa iconográfico, presenta todo tipo de contrariedades a la duquesa viuda doña María, con la que por cierto comparte apellido.

No olvidemos la ejecución del Retablo Mayor, que entre 1570 y 1605 va a constituir el acta de fundación de la escultura barroca española, más aún, de la imaginería con unción sagrada y no meramente decorativa. Acababa de nacer la gran aportación hispana al arte devocional con este colosal proyecto naturalista. Todo parece indicar que al fin, tras 30 años de “paganismo bendecido”, San Jerónimo vuelve a expresar su condición de espacio sacro. Pero entonces llega el último encargo, el impresionante programa iconográfico de las pinturas murales, que entre 1723 y 1725 se va a llevar a cabo con tres motivos: en la cabecera mayor, la exaltación del Duque, la Vida del Gran Capitán. En el Coro Alto, la exaltación y triunfo de la fe y la Eucaristía y en los pilares, en la zona más visible, en la que los fieles primero van a ver, los siete arcángeles y el Ángel de la Guarda.

Estamos ante uno de los ciclos iconográficos más complejos y exuberantes de la Iglesia en España y por supuesto, bajo la cimentación del Humanismo, lo que nos da autoridad sobrada para que, en base al inmenso poder de influencia del Monasterio, este paso procesional diseñado según el respeto e inspiración de la Sede Canónica de la Hermandad pueda ser considerado como “El triunfo del Renacimiento”. Pero dentro de este estilo artístico, todo el conjunto proyectado responde a un tipo nunca antes empleado en las disciplinas cofrades que bautizamos como “el Clasicismo Culto”.




·         Descripción del paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Renacimiento romano y recuperación de los modelos granadinos.


Compuesto por respiradero, canasto y peana, la idea primordial sobre la que se basa todo el conjunto es la de dotar de la mayor visibilidad posible a la Santísima Virgen, conseguir una mayor dimensión de sus espacios y subrayar una personalidad estética, estilística y decorativa, inédita en Granada. Todo el lenguaje empleado responde al Renacimiento Clásico, proviene de los modelos patentados por Diego de Siloe a lo largo de su responsabilidad al frente del Monasterio de San Jerónimo e Iglesia de la Inmaculada Concepción jerónima y pretende resumir los 468 años de historia de la Hermandad mediante un determinado programa iconográfico y una iconología que una vez más, es original y nueva en los pasos procesionales.

La iluminación.

Candelabro que combina farol y guardabrisas, distribuyendo cada uno de ellos hasta un total de 9 puntos de luz (5 faroles y cuatro guardabrisas), toma como referencia los grandes candelabros áulicos del renacimiento que se inspiraron en los de Santa Constanza de Roma. Hay dos guiños históricos en el diseño, puesto que de un lado se presenta una rotunda similitud con el llamado farol del Gran Capitán, que decora y está presente en los claustros del Monasterio y que fuera recurso constante en las andas procesionaloes granadinas del Siglo XX y por otro lado, su decoración se basa en torno al juego vegetal que más se empleó para los cartuchos que debían difundir la imagen del Emperador Carlos, por lo que casamos históricamente este elemento con el periodo en el que se basa todo el conjunto. [Nos referimos a los grabados de Daniel Hopfer que estuvieron circulando por Europa hasta 1550, cuando ya estaba fundada la Hermandad].

El pie de arranque de la pieza son cuatro cartuchos sobre los que descansa la decoración renacentista. Dos sirenas coronadas sirven de arranque a la pieza central desde la que parten los brazos de sostén de los puntos de luz. Estos brazos se conforman mediante un frondoso follaje en base al flogiani italiano, usado con precisión de miniatura; su virtud es la de articular los espacios secundario y acentuar las fracturas angulares de los brazos de los guardabrisas y faroles. Los divertículos del follaje han sido enriquecidos por estructuras de mobiliario rematados en pináculos ofreciendo mayor presencia arquitectónica, con lo que se busca siempre estrechar la relación con el Monasterio. De estos parten los 5 faroles y cuatro guardabrisas, enormemente singulares ya que han sido pensados para ofrecer la mayor protección posible al cirio, engalanándose de las guirnaldas siloescas de las portadas claustrales y rematadas las guardabrisas en pináculos manieristas, solución propia del Renacimiento en Granada como vemos en el ático de la Iglesia jerónima.


La peana.


Cojín inspirado en el ceremonial regio de la Corte Hispana durante el reinado de la Casa de Austria, la pieza es todo un recordatorio histórico. La fecha de 1548, que acaba de ser apuntada como de fundación de la Hermandad, coincide de manera proverbial con la introducción ese mismo año de la etiqueta borgoñona en la corte española, al punto que la forma de vida, la apariencia
y la conducta de la Monarquía desde ese momento y hasta la entrada de la Dinastía Borbón, conducen a una nueva forma de ver al Rey y el modo de rendirle pleitesía a los Soberanos. Será en tiempos de Felipe II cuando nazca la primera dolorosa de vestir que gracia a la Camarera de la Reina, adopta el protocolo cortesano tanto el atavío que desde entonces usarán las Imágenes de María como en su exposición pública a culto, copiando la ceremonia del besamanos regio.

Este ceremonial empieza a ser llamado la “etiqueta al uso de Borgoña”, responsable de la riqueza y majestuosidad que alcanzaron los Corte de España, de enorme influencia en los montajes efímeros de las Cofradías desde ese momento y hasta nuestros días y regido por un Camarero o Camarera Mayor, figura presente en la Semana Santa granadina y que especialmente fue pionera esta Hermandad. De tal modo, hacemos un guiño histórico muy especial. El cojín, se inspira en los lienzos del quinientos que conoció Alonso Cano y que se encargó de traer a Granada. Es así como nace la devoción a la Soledad en nuestra ciudad, razón de más para rescatar el cojín regio como sostén o peana de la Virgen de la Soledad de San Jerónimo. Cuatro borlones acostados en las esquinas recuerdan ese ceremonial regio y especialmente, la borla del capelo de San Jerónimo. La superficie se llena y decora con la Cruz de San Andrés, el emblema de España y su Corona durante este periodo, también llamado Cruz de Borgoña.

Al fin, el reborde de la peana es un híbrido de planta y follaje que se traduce como inspirado en la pintura manierista del Monasterio, cargado en las esquinas con dos ángeles tenantes y un trío celestial en el espacio central, de dos corpóreos y uno asomando sólo la cabeza, que rodean una tarja o cartela en donde figura el tema de la Coronación de la Virgen. Esta incorporación iconográfica recuerda la donación del pueblo de Granada a la Imagen de la Soledad, de su actual corona procesional.



La Canastilla.


Su configuración responde a la parte más original del proyecto, pensada en torno a la reproducción del alzado de la cabecera del Templo, con la idea de otorga volumen y fuerza al conjunto, destacar la Imagen de la Santísima Virgen y entroncar la pieza con un severo respeto al alzado monasterial. Es la primera vez que se usa todo un alzado arquitectónico para un paso granadino. La planta que sirve de canastilla al paso se ha dibujado mediante el empleo de los contrafuertes de la cabecera del Templo, dejando paso a una figura hexagonal. Los dos contrafuertes por esquina articulan una planta bastante compleja, por cierto, que a fin de cuentas es una verdadera solución renacentista muy aplaudida en la Historia del Arte y signo identificativo de la Sede Canónica de la Hermandad.

La planta traza dos cuerpos; el superior está fuertemente dimensionado por los rotundos cimacios que a manera de contrafuertes de la Cabecera, organiza espacialmente el conjunto. La fuerte molduración de las piezas carga además con una decoración basada en cartuchos inspirados en los cuarterones de las puertas claustrales del Monasterio, de diseño siloesco. Todo ello constituye un verdadero armazón arquitectónico soportado por hojas de bordes enrollados, volutas con función estructural y decorativa que descansan sobre un segundo cuerpo. Ante de pasar a este, el paso ofrece un gran juego de volúmenes, mediante oquedades espaciales que le confieren un inusual movimiento a la canastilla sin perder por ello el ritmo renacentista.

Estos volúmenes cargan con el trabajo iconográfico, contenido en 4 espacios, uno por cada cara, sólo que el de la trasera quedaría oculto por la caída del manto procesional. Así, en los correspondientes al frontal y los costeros, bajo el diseño decorativo de Siloe, se inscribe una tarja con relieves antropomórficos donde se incluirá el Ciclo de los Apóstoles y Virtudes, basado en el programa iconográfico de la Iglesia. Bajo estas se colocará el Ciclo de los lemas y divisas (consultar el desarrollo del programa iconográfico). Al fin, la venera renacentista ocupa el resto de cuarterones de este espacio. 


En el lugar de los espacios entre contrafuertes, lucen cuatro tondos de rotundidad volumétrica orlados mediante follaje vegetal que lucen cuatro figuras de medio cuerpo de Santos (consultar el desarrollo iconográfico), el conocido Ciclo de los Dogmas Marianos.

El segundo cuerpo recibe una decoración asumida en la misma forma estructural a base de grutesco fantástico y armazón arquitectónico para el cartucho de follaje, que conforman cuarterones y formas geométricas en torno a los cueros, que recuerdan a los que eclosionaron en el mobiliario del Apartamento de Felipe II del El Escorial obra de Bartholomä Weishaupt que hacia 1557 las tiene concluidas, pero que con anterioridad ya las ha trabajado en recursos decorativos, Diego de Siloe en este Monasterio, de suerte que una vez más, casamos el periodo histórico de la fundación de la Hermandad con el lenguaje artístico en boga y todo ello, dentro de su paso procesional. 

Un último detalle decora el paso, pues en las caras externas del arranque del contrafuerte se sitúan cartuchos para la contención de relieves hagiográficos donde proponemos el Ciclo del Crucero o de los Duques. Además, las molduras y entablamentos están directamente extraídas del solario monástico, por lo que al fin, no hay ningún espacio del conjunto jerónimo no empleado en el diseño.


El respiradero.


Si la  canastilla venía a suponer la plasmación del Renacimiento arquitectónico, es en los respiraderos donde se concita el mejor repertorio de soluciones decorativas clasicistas. Por influjo de la portada de los Sánchez Dávila, pieza proveniente del Convento de los Mártires, pero ubicada en 1835 en el Claustro del Monasterio se configura el panel de grutesco del respiradero, acompañado de guirnalda de follajes entrelazadas. En el centro de cada paño (cuatro en total), una fiel reproducción de los héroes míticos tenantes de la cabecera del Templo, que sostienen en parejas el Ciclo de la Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas (Consultar el desarrollo iconográfico del paso).

Nótese al respecto del uso de la decoración de la portada de los Sánchez Dávila, que esta pieza, al provenir de un antiguo emplazamiento carmelitano, de alguna manera vuelve a relacionar el conjunto, de nuevo con la Orden del Monte Carmelo en la que nació la Hermandad.

En cada uno de los paños de cada uno de los lados del respiradero concentra la más original y fiel reproducción del clasicismo, otorgando una ruptura de volúmenes y un enriquecimiento al conjunto. Se trata de la ubicación de una serliana en la esquina (8 en total) que semeja el Retablo del Crucero de la Iglesia, destinado al discurso mayestático de la tumba ducal para el que se destinó la Iglesia Jerónima. Es aquí donde se desarrolla (fiel al modelo donde se toma) el Ciclo de Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.

Cada serliana se sostiene por un acanto donde destaca la cabeza de un león. En este espacio se ha sustituido la tradicional manigueta para retrotraer al espectador al pasado procesional de esta Cofradía e incluido el león, elemento iconográfico de San Jerónimo y emblema heráldico de la Orden y por tanto de este Monasterio. De sus fauces, nace un borlón, que una vez más es alegoría de San Jerónimo, entendiendo que es la borla del capelo del Santo. Al fin, de cada serliana nace una voluta en esquina sobre el modelo de los perfiles de las pilastras de la portada principal rompiendo el ritmo vertical de la pieza y dándole un comportamiento más dinámico.




El faldón.


En este elemento hay dos motivos y recursos sin discusión que eran necesarios; por un lado las dos bandas  verticales son fruto del diseño de Siloe en las jambas de la portada de la capilla de la torre, cubiertas de grutesco, y en concreto en este espacio, uno de los más preclaros modelos. Pero además, el faldón aparece orlado por la cenefa del manto procesional de la Santísima Virgen, resuelto por los recursos vegetales del mismo y salpicado de estrellas, además de la compañía del clasicismo que en esta ocasión viene de la mano del candelieri.



·         Desarrollo iconográfico del Paso.
     468 años de Historia de la Hermandad en unas andas procesionales


La Coronación de la Virgen y el Ceremonial borgoñés.


La novedosa incorporación de la peana retrotrae a las propuestas regias de la Corte Española y a las primeras dolorosas de vestir. Esta peana-cojín regio luce en su frontal el asunto de la Coronación de la Virgen. En 1881, ha comenzado la cuestación popular, enormemente generosa, que lleva al estreno a los años de la actual corona de plata de la Imagen, a cargo de la generosidad devocional de los granadinos. Con la elección del tema iconográfico de la Coronación de la Virgen, lo que pretendemos es recordar tan fabuloso hecho a la vez que se alude a la presencia continuada de la Sagrada Imagen en las calles de Granada desde el momento de su bendición. Esto la convierte en la Dolorosa que por más tiempo y siempre de continúo ha estado venerada públicamente en la Semana Santa granadina, entroncando con el concepto de la primera dolorosa de vestir que nace en la corte hispana. El tema de la Coronación es sin duda, una referencia histórica y necesaria.


Ciclo de los Dogmas Marianos.


Los poderosos óvalos de los interiores de los contrafuertes estructurales del canasto recogen los relieves de los Papas bajo cuyo Pontificado se promulgaron los cuatro dogmas marianos de la Iglesia Católica, y que quedan ubicados por orden cronológico, y por tanto, de la siguiente manera:

            En el frontal, hacia el costero derecho, el Dogma de la Maternidad Divina (año 431), bajo el papado de San Celestino I.

            En el frontal, hacia el costero izquierdo, el Dogma de la Virginidad Perpetua (año 553), bajo el Papado de Vigilio.

            En la trasera, hacia el costero derecho, el Dogma de la Inmaculada Concepción (año 1854), bajo el Papado de Pío IX.

            En la trasera hacia el costero izquierdo, el Dogma de la Asunción (año 1950), bajo el Papado de Pío XII.


Ciclo de los Arcángeles y Virtudes Teologales.


La devoción de los Siete Arcángeles, se inicia en 1516 con la aparición en la Iglesia San Ángel Mártir de los Carmelitas de Palermo, de unos frescos con los siete arcángeles, sus atributos y sus nombres. Siete años después el Emperador Carlos costea la fábrica de una iglesia en honor de los Siete Arcángeles en Roma y años más tarde,  Miguel Ángel presenta su proyecto de reforma de las termas romanas de Diocleciano para convertirlas en la iglesia de Santa María de los Ángeles. Pero el Concilio de Trento recordó que en el Concilio IV de Letrán (año 475), se prohibió expresamente los nombres de los cuatro arcángeles no citados en los Evangelios y se echó atrás el proyecto miguelangelesco y se usaron en otros fines los fondos imperiales.

Así, tal y como recomendaba Trento, descartamos el uso del resto de Arcán geles no citados en la Biblia y por tanto no canónicos pero respetamos este ciclo pictórico de las columnas de la nave central de la Iglesia Jerónima de suerte que componemos un ciclo propio relacionando Arcángeles y Virtudes Teologales; si estos, mediante su relación de protección y auxilio con los hombres han establecido una estrecha memoria devocional, ejemplifican cada virtud a la que aspira el creyente. Así, quedan organizados como sigue:

Miguel, ¿Quién como Dios? Jefe de los Ejércitos… la fe (frontal)
Rafael, Dios Sana. Protector de Peregrinos. La Esperanza (Derecho)
Gabriel, La fuerza y el Poder de Dios. la Caridad. (Izquierdo)


Ciclo del Crucero o de los Duques.


Los relieves en forma de óvalos del canasto, a manera de los cuarterones del Claustro, proceden de los casetones de la bóveda del crucero, que narran las virtudes heroicas y cristianas del Gran Capitán y su esposa mediante un silogismo con los santos guerreros de la historia. Se trata de una de las codificaciones alegóricas más complejas basada en las obras de la literatura humanista, en lo que ha venido a ser considerado el Speculum Salvationis y que además otorga por vez primera en la historia del arte, una paridad entre la hagiografía masculina y femenina.

Aquí, quedarían distribuidos en grupos de dos, en total seis grupos donde se configurara el carácter simbólico de Siloe hacia los santos patrones, los Duques, por lo que se mantiene el concepto de santo guerrero y de virtud cristiana presente en el hombre y la mujer. A saber, serían: Jorge, Eustaquio, Sebastián, Martín, Francisco y Pedro Mártir y por parte femenina, las santas Catalina, Bárbara, Lucía, María Magdalena, [Paula] y Eustaquia, todos ellos de especial devoción para los duques de Sessa, respetando la estricta separación entre mujeres en el lado de la Epístola y varones en la del Evangelio, pero incidiendo especialmente en el carácter inspirado de este paso sobre el Monasterio.

[Sustituimos a Paula, que ya está incorporada en otro espacio más apropiado, por Santa Cecilia]

Ciclo de los lemas y divisas.


Una vez más el férreo peso de la historia de la edificación monástica de San Jerónimo cobra fuerza en este aspecto laudatorio, pero sin olvidar la propia historia de la Hermandad, pues al cabo, las seis inscripciones latinas recuerdan de un lado el paso por la Iglesia del Carmen Calzado, lugar de fundación de esta Cofradía, y la estrecha relación que desde 1835 viene manteniendo con la Comunidad Jerónima.

El frontal luce la divisa o lema del Monasterio, repetido tanto en la portada de acceso a las dependencias conventuales como en tantas otras partes del conjunto. Esta leyenda encarna la estrecha relación con la Orden de San Jerónimo:

“Solo Deo honor et gloria”. (Sólo a Dios honor y gloria).

Por contraposición, en la trasera se recuerda el pasado carmelitano de la Hermandad y su lugar de fundación, además de ser el espacio devocional que ocuparon las Imágenes Titulares hasta 1835. Del Libro I de los Reyes, 19:14, se reproduce el lema de la Orden del Carmen Calzado:

“Zelo zelatus sum pro domino Deo exercitum”. (Me consume el celo por el Señor, Dios de los Ejércitos).

Los dos lados del hexágono de la planta de la canastilla que flanquean el frontal, llevan por inscripción dos lemas de marcado compromiso histórico con este Monumento. El que recaería sobre el costero derecho del paso, alude a que la Iglesia donde reside la Hermandad, fue la primera del Mundo en consagrarse a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. El del costero izquierdo, nos recuerda el lema propio del escudo de armas de don Gonzalo Fernández de Córdova, que además está presente en numerosos espacios del Monasterio, clara alusión a la devoción mariana del Gran Capitán y definitoria para con la Imagen de Nuestra Señora de la Soledad. Así quedarían inscritas las que siguen:

“Sine labe concepta” (Sin pecado concebida).

“Ave María Gratia Plena” (Dios te Salve María, llena eres de Gracia).

Por último, las otras dos inscripciones que flanquean la trasera de la canastilla recuerdan el carácter mariano del conjunto y repiten partes del rezo del Ave María, quedando por este orden, las que siguen sobre el costero derecho y el izquierdo:

“Benedicta tu in mulieribus” (Bendita Tú entre las mujeres).

“Sancta Dei Genitrix” (Santa Madre de Dios). Una vez más el férreo peso de la historia de la edificación monástica de San Jerónimo cobra fuerza en este aspecto laudatorio, pero sin olvidar la propia historia de la Hermandad, pues al cabo, las seis inscripciones latinas recuerdan de un lado el paso por la Iglesia del Carmen Calzado, lugar de fundación de esta Cofradía, y la estrecha relación que desde 1835 viene manteniendo con la Comunidad Jerónima.


Ciclo de la Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.


En las 8 serlianas repartidas en parejas de a dos por el respiradero se acoge el Ciclo que hace un repaso por los 468 años de historia de la Cofradía, bien por las sedes canónicas, el santoral devocional que tuvo presencia en la vida de la Hermandad en un momento determinado y otros caracteres parecidos. Se ordenan así:  

Frontal: Las Sedes Canónicas de la Hermandad.

Escudo Carmen Calzado flanqueado de San Elías y San Simón Stock
Escudo Orden Jerónima flanqueado de San Jerónimo y Santa Paula.

            Trasera: La referencia a los títulos pontificio y real de la Hermandad y el Papa y Monarca que estaban en el momento de la fundación de la misma.

Escudo del Papa Paulo III flanqueado de San Pedro y San Juan Pablo II
Escudo de Felipe II flanqueado por Fernando III El Santo y San Luis IX.

            Costero derecho: Los Arzobispos granadinos en la fundación y reorganización de la Hermandad (1548 y 1925).

Escudo Arzobispo Pedro Guerrero flanqueado de San Cecilio y San Gregorio
Escudo Cardenal Casanova y Marzol flanqueado de San Juan Dios y Santo Tomas Villanueva.

            Costero Izquierdo: La ciudad de Granada y la vinculación con el Cuerpo de Policía Local.

Escudo antiguo Granada flanqueado por Santos Justo y Pastor haciéndolo coincidir con en el Retablo Mayor de la Iglesia y los Titulares de la Parroquia a la que se pertenece.
Escudo Policía Local flanqueado por los Santos Ángeles Custodios.



Ciclo de la Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas



El frontal el escudo de la Hermandad.

-En la trasera, el escudo de los Mendoza, en relación con el ducado del infantado y por tanto con Sor Cristina Mesa de Arteaga, salvadora absoluta de este Monasterio.

-En los  costeros llevarán los escudos de los arzobispos que ha tenido Granada de esta Orden y que han habitado este Monasterio, Fray Hernando de Talavera y Pedro Ramírez de Alba (el derecho para Talavera y el izquierdo para Alba).





·         Aportaciones de las Andas Procesionales para el lenguaje artístico de la Semana Santa de Granada.
Un paso singular, renovador, único y a la vez de profundo respeto histórico.


            *La recuperación de la corriente cofrade granadina de inspirarse en sus principales obras patrimoniales. Hasta ahora, un proyecto tan colosal para la Historia del Arte como el Monasterio de San Jerónimo, no había servido de fuente de inspiración para nuestras Hermandades y Cofradías. Con ello, no sólo profundizamos en proyectos triunfantes en su día, caso de las andas de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra sino que rescatamos para la historia, la trascendencia del Monasterio Jerónimo granadino. 

            *La perfecta visualización de la Imagen desde todas y cualesquiera de las perspectivas a lo largo de su recorrido procesional. Ningún elemento estético del paso oculta la gestualidad de la Sagrada Imagen.

            *Huida de lo ecléctico e impersonal de otros proyectos, otorgando con este un sello de identidad y carácter propio, que sirva para hacer reconocible la estampa procesional de la Santísima Virgen.

            *Subrayar la estructura piramidal que ha sido pensada como hemos dicho en otros puntos para la perfecta visualización y contemplación de la Sagrada Imagen pero sin olvidar un intento de potenciar una de las joyas patrimoniales de la Hermandad y de Granada, la fuerza expresiva del manto decimonónico.

             *La iluminación, pensada para subrayar la personalidad y estética granadina, habida cuenta de una disposición claramente usual en la Granada del Barroco, en forma de piña. Además el propósito era aumentar gracias a esta distribución la intensidad de la luz, huir del adocenamiento de los modelos lumínicos procesionales (candelabro de cola) y asegurar una perfecta conservación del ajuar bordado, ahorrando las injerencias de la cera sobre el manto.

*Las guardabrisas de los candelabros, además, simulan farolitos para asemejarlo más al prototipo arquitectónico sobre el que se inspira el conjunto, siendo fiel a modelos coetáneos.

*La heráldica, como resumen de la historia propia de la Hermandad y de la Orden con la que mantiene desde hace casi doscientos años inequívocas señas de identidad.

*El uso y empleo de materiales (así como su combinación) inéditos en las andas procesionales granadinas. Es el caso de las aplicaciones de bronce a la madera oscura y su revés, puesto que es la madera la que juega con las zonas broncíneas.

*La combinación cromática, negra y dorada, en clara referencia a la túnica de la Hermandad y los colores identificativos de la misma. 

*La búsqueda de espacio escénico y el planteamiento de soluciones novedosas; esta aportación la da la peana, que se embute en el canasto para poder elevarla además de que los perfiles del respiradero serán rectos al objeto de ganar espacio sobre las angostas medidas de la puerta de salida sin que eso vaya en menoscabo de la dimensión final de la parihuela.

*La iconografía e iconología empleada, novedosa y sugerente, que hace un repaso a toda la historia de la Hermandad así como de la propia ciudad donde ha desarrollado su labor evangélica y catequética la Cofradía y la Sagrada Imagen. El empleo de la Speculum Humanae Salvationis, o de “Los triunfos de Petrarca, imbuidos en una codificación religiosa, otorga una originalidad por el contrario de los habituales proyectos iconográficos adocenados y reiterativos de nuestros pasos procesionales.

*Ante este punto, cabe destacar con vehemencia la pretensión de la recuperación del modelo clásico procesional granadino. Sin menoscabo del clasicismo renacentista como fuente de inspiración del paso, el resultado estético del mismo nos conduce a las andas procesionales encargadas por la Hermandad, aún en la Cabeza del Carmen Calzado, en enero de 1664 y entregadas el Miércoles Santo 1 de abril de 1665. Las andas, constaban de respiradero y peana que se adelantaba a las llamadas de carrete, obra del platero granadino Andrés Ortiz. Todo ello nos lleva a la recuperación de una estampa antigua para la Imagen, la filiación con los modelos procesionales clásicos granadinos y el pago de una deuda histórica para con los anales de esta Cofradía.




·         Hitos en el diseño del Paso Procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Lo que el nuevo Paso Procesional aporta a Granada y al Mundo Cofrade.



1.    *Único paso en Granada del Renacimiento Clásico.

2.    *Primera vez que todo el conjunto de San Jerónimo sirve de referencia a un Paso.

3.    *Perfecto resumen de los 468 años de historia de la Hermandad.

4.    *Empleo de piezas exclusivas y propias como el “farol del Gran Capitán”, el pináculo manierista o el “Cojín Regio de la Soledad”.

5.    *Recuperación de la estampa procesional granadina.






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